La guía de gestión definitiva para inspirar el liderazgo en las agencias

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¿Qué hace a un gran gerente? ¿Es lo mismo un gerente que un líder?

Los puestos de liderazgo son relativamente comunes, pero no todos están hechos para tener éxito en liderar a otros.

Afortunadamente, con las herramientas y estrategias adecuadas, una guía de administración puede ayudar incluso al gerente más desafiante a superar varios contratiempos para convertirse en un activo vital para la organización.

Para las agencias de marketing, una guía de gestión es esencial para garantizar una eficiencia operativa más fluida y una mejor satisfacción del cliente.

Entonces, con eso en mente, aquí está la guía definitiva para inspirar el liderazgo en las agencias.

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¿Qué es una Guía de Gestión?

Una guía de gestión es un documento que describe los diversos elementos para ser un gerente exitoso y eficiente.

Las guías de gestión pueden generalizarse y discutir los componentes de liderazgo en un sentido amplio, o pueden estar dirigidas a una industria o nicho específico.

Las guías de gestión son diferentes de los manuales de empleados o manuales de capacitación porque tratan temas más profundos relacionados con el liderazgo y el éxito dentro de una organización.

Mientras que los manuales y los manuales describen las reglas y pautas dentro de la empresa, una guía de gestión es más abierta y se basa en ideas, no en reglas.

¿Qué hace a un buen gerente?

Técnicamente, las características de un buen gerente pueden diferir según a quién le preguntes.

Para un ejecutivo o director ejecutivo, un buen gerente es alguien que puede garantizar una productividad constante y lograr los objetivos a tiempo y dentro del presupuesto.

Desde esta perspectiva, un gran gerente puede ser una persona que pueda superar constantemente sus objetivos anteriores y ayudar a que el negocio crezca y prospere a largo plazo.

Sin embargo, desde el punto de vista de los empleados, un buen gerente es alguien que se preocupa por la salud y el bienestar de su personal.

Los buenos gerentes saben cómo maximizar la productividad a través de estímulos positivos y recompensas en lugar de castigos y laboriosos horarios de trabajo.

Idealmente, un gerente también es alguien que lucha en nombre de sus empleados, utilizando su puesto para garantizar mejores condiciones de trabajo, salarios más altos y beneficios integrales.

En general, un buen gerente es alguien que puede inspirar a otros y adaptar su estilo de liderazgo para motivar a una amplia gama de empleados.

En última instancia, el trabajo de un gerente es equilibrar la rentabilidad con la satisfacción y la moral de los empleados, por lo que los buenos líderes son capaces de seguir esa línea y generar resultados tanto para la empresa como para sus trabajadores.

¿Cuáles son los cinco pilares de la gestión?

Si espera convertirse en un buen o gran gerente, necesita saber qué habilidades son necesarias para el éxito.

Como mencionamos, la gestión es principalmente un acto de equilibrio, por lo que cuanto mejor sea para compartir ideas y asumir responsabilidades, más fácil será mantener todo bajo control y no dejar que ningún elemento destruya ese equilibrio.

En términos generales, hay cinco pilares (rasgos) que todos los gerentes excelentes deben tener para el éxito a largo plazo.

Aquí hay un desglose de cada uno:

  1. Sabiduría

Como dice el viejo refrán, hay una diferencia entre el conocimiento y la sabiduría, y esa diferencia es la experiencia.

Puede leer sobre técnicas gerenciales en un libro, pero hasta que intente aplicarlas a un escenario del mundo real, esos métodos son todos teóricos.

Las personas son criaturas complejas, y lo que funciona para una persona no necesariamente funcionará para otra.

Entonces, parte de ser un buen gerente es saber cómo aprovechar las habilidades y personalidades de todos en su equipo.

Dado que no todos pueden estar al mismo nivel, depende de usted descubrir cómo utilizar a cada persona de la manera más efectiva posible.

Los gerentes que intentan “colocar clavijas cuadradas en agujeros redondos” terminan con empleados insatisfechos o escasez de trabajadores.

Otro aspecto de la sabiduría gerencial es conocer todos los aspectos de los trabajos realizados por sus empleados.

Como gerente, debe poder ocupar cualquier puesto temporalmente si es necesario. T

Eso no quiere decir que deba ser el mejor en cada puesto, pero debe poder cubrir a los trabajadores individuales según sea necesario.

De lo contrario, se pondrá en desventaja cuando surja un problema.

  1. Comunicación

Como gerente, necesita comunicarse con su equipo constantemente.

La comunicación puede ser tan simple como decirles a las personas su horario de trabajo, o puede ser compartir ideas complejas para motivar a los miembros del personal a trabajar más duro o de manera más eficiente.

La capacitación también es una gran parte del trabajo, por lo que debes saber explicar las diferentes tareas y objetivos si quieres que tu equipo los cumpla sin contratiempos.

Una cosa a tener en cuenta es que la comunicación tiene que ser una calle de dos vías. A menudo, los gerentes son los mediadores entre los empleados de bajo nivel y los ejecutivos de alto nivel.

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Por lo tanto, los trabajadores deben poder comunicarse con usted sobre diversos problemas o temas relacionados con su puesto, y usted debe poder transmitir las políticas, los objetivos o las tareas de la empresa.

Otra parte de la comunicación es la transparencia. Si bien no necesariamente puede compartir todos los detalles con todos, debe poder brindar suficiente claridad para evitar confusiones o malentendidos.

Como regla general, ser capaz de explicar el “por qué” detrás de una tarea u objetivo es suficiente transparencia para que todos estén en la misma página.

  1. Apoyo

Como mencionamos, los empleados tienden a ver a los buenos gerentes como aquellos que luchan en nombre de sus subordinados.

Ser gerente es mucho más que decirle a la gente qué hacer y cómo hacerlo.

Si desea que sus empleados respeten su palabra lo suficiente como para seguir sus instrucciones, debe demostrarles que los respalda.

Los malos gerentes tienden a descuidar las necesidades de sus trabajadores y asumen que un cheque de pago es una motivación más que suficiente para superar cualquier obstáculo.

Sin embargo, los grandes gerentes entienden que las necesidades individuales pueden variar de una persona a otra.

Entonces, al apoyar a cada persona individualmente, pueden obtener una mejor productividad de todo el equipo.

El apoyo también puede tomar varias formas. En un caso, puede ser garantizar la igualdad de salarios entre los empleados de un determinado nivel o puesto.

En otro caso, podría ser la flexibilidad con la programación de uno, para que no tengan que tomar decisiones difíciles entre su vida profesional y personal.

En general, los gerentes efectivos se dan cuenta de que son una base para sus empleados, sirviendo como un sistema de apoyo para ayudar a cada persona a prosperar tanto como sea posible.

Para los equipos de marketing, puede mejorar su apoyo con herramientas como Content Cloud, que ayuda a los equipos de marketing a crear estrategias de contenido completas.

  1. decisión

Saber todo y apoyar a tu equipo es genial, pero ninguno de esos rasgos significa nada si no puedes hacer nada.

Los gerentes deben poder tomar decisiones ejecutivas, a veces en cualquier momento.

Idealmente, estas decisiones se tomarán después de una cuidadosa planificación y previsión, pero eso no siempre es posible.

A veces, estas decisiones son difíciles y significan sopesar los pros y los contras de dos resultados igualmente angustiosos.

Aquí también es donde la sabiduría y la experiencia pueden entrar en juego.

Los gerentes más nuevos y más jóvenes pueden tomar decisiones basadas en lo que creen que sucederá, mientras que los gerentes veteranos pueden basarse en sus propias experiencias para saber cómo se desarrollará una decisión.

Eso no quiere decir que los gerentes jóvenes no puedan ser decisivos, solo que su proceso de toma de decisiones no es tan refinado como el de alguien que ha estado en situaciones similares antes.

  1. Motivación

Finalmente, un buen gerente es alguien que sabe cómo motivar a su equipo de la manera más efectiva y positiva posible.

La motivación positiva conduce a una mejor moral y satisfacción, mientras que la motivación negativa puede provocar agotamiento y una alta rotación de trabajadores.

Si no está familiarizado con la diferencia entre motivación positiva y negativa, aquí hay algunos ejemplos de cada uno:

Motivaciones negativas

  • Recortes salariales
  • Redacciones
  • Degradaciones
  • Acoso Verbal

Motivaciones positivas

  • Aumentos de sueldo o bonos
  • Estímulo Verbal
  • Tiempo libre pagado
  • Regalos y recompensas

Un punto a recordar es que todos pueden estar motivados de manera diferente. Algunos trabajadores podrían ser más productivos si se les ofreciera una bonificación por sus esfuerzos, mientras que otros podrían preferir PTO o regalos en su lugar.

Como gerente, depende de usted saber qué piezas pueden motivar más a los trabajadores y aprovecharlas tanto como sea posible.

Trate de evitar un enfoque de “talla única”.

¿Cuáles son las 10 Reglas de Gestión?

Anteriormente, discutimos los diversos rasgos que hacen a un buen gerente: estos son valores intrínsecos que le permiten tener éxito en el puesto.

Ahora, vamos a discutir las 10 “reglas” para ser un buen gerente.

Estas reglas reflejan los pilares que mencionamos, pero son mucho más específicas y están dirigidas al trabajo. Aquí hay una descripción general rápida de estas reglas:

#1 Sea consistente

La consistencia es crucial para cualquier trabajo, ya que garantiza el éxito a largo plazo.

Como gerente, la consistencia significa mantenerse fiel a su palabra y entregar siempre los mismos resultados.

La coherencia también puede significar tratar a todos los miembros del equipo por igual y evitar el favoritismo o el amiguismo. cuanto más se pueda.

#2 Establece metas claras

Una de las mejores maneras de saber si eres un gerente exitoso es establecer objetivos claros y comprensibles para el equipo y cada individuo.

Si alcanza esos objetivos, sabrá que su estilo de gestión está funcionando.

Si a menudo se queda corto, sabe que es hora de cambiar las cosas y descubrir la raíz del problema.

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#3 Practica la comunicación efectiva

La comunicación puede tomar muchas formas en el lugar de trabajo, incluidos chats uno a uno, correos electrónicos, evaluaciones de desempeño, mensajes internos en el canal de la empresa, reuniones y más.

Como gerente, debe saber cómo utilizar estos diferentes canales para comunicarse con los individuos y el equipo en general.

#4 Da el ejemplo

Los gerentes no están ahí para ladrar órdenes y cobrar cheques.

Los buenos gerentes están presentes para apoyar a su equipo y motivarlos para que sean lo más productivos y eficientes posible.

Sin embargo, si está dando un mal ejemplo, ¿por qué los empleados deberían hacerlo mejor que su supervisor directo?

Ser gerente significa que tiene una reputación mucho más pública que mantener, por lo que es imperativo predicar con el ejemplo siempre que sea posible.

#5 Reconoce los éxitos en público, los fracasos en privado

Cuando alguien en su equipo hace un buen trabajo, es importante que todos los demás lo sepan.

Las demostraciones públicas de afirmaciones positivas muestran al equipo que usted está dispuesto y es capaz de poner los éxitos al frente y al centro. (siempre y cuando no sea a expensas de nadie más).

Por el contrario, cuando alguien no cumple con las expectativas, debe discutir esos asuntos con la persona en privado en lugar de avergonzarla frente a los demás.

#6 Sé transparente

La transparencia es esencial como gerente porque le da a su equipo un vistazo detrás de escena y los ayuda a sentir que son parte del funcionamiento interno.

Aunque no todo el mundo debería saberlo todo, es importante ser lo más transparente posible sobre el cómo y el por qué.

#7 Personaliza tu estilo de gestión

Como gerente, nunca debe asumir que una estrategia de gestión funcionará para todos.

En cambio, es mucho mejor personalice su enfoque con cada trabajador para satisfacer sus necesidades y maximizar su productividad.

#8 Haz que el trabajo sea gratificante

En estos días, los empleados quieren sentirse empoderados por lo que hacen.

Si solo están haciendo un trabajo pesado o tareas de baja categoría, no estarán motivados para hacer un buen trabajo.

Si bien no todas las posiciones son glamorosas o intrínsecamente gratificantes, un buen gerente ayuda a los trabajadores a encontrar significado para motivarlos mejor.

#9 Solicitar comentarios

Como mencionamos, la comunicación es una calle de doble sentido.

Los empleados deben sentirse cómodos compartiendo información con su gerente en cualquier momento.

Si bien hay momentos y lugares para tipos específicos de conversaciones, debe fomentar la retroalimentación y las sugerencias.

Sin embargo, asegúrese de cumplir, para que los empleados se sientan escuchados y comprendidos.

#10 Fomentar la creatividad y la innovación

El hecho de que un trabajo se haya hecho de cierta manera 10 000 veces no significa que sea la mejor o la más eficiente.

La creatividad y la innovación a menudo pueden provenir de los lugares que menos sospecharías.por lo que no desea descartar una idea o sugerencia solo porque va en contra de la corriente.

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¿Cuáles son los cuatro tipos de estilos de gestión?

Como gerente, puede guiar a sus empleados o mandarlos.

En realidad, hay cuatro formas de interactuar con sus trabajadores, así que analicemos cada una y cómo funciona.

Autocrático

El mantra de este estilo esencialmente se reduce a “haz lo que digo”.

Los gerentes autocráticos están más preocupados por ser figuras de autoridad que por ayudar a sus empleados a tener éxito.

Por regla general, este estilo de gestión no funciona bien a largo plazo, ya que los trabajadores tienden a buscar mejores puestos en otros lugares.

Democrático

Como el nombre sugiere, los gerentes democráticos buscan información de sus equipos antes de tomar decisiones importantes.

Por lo general, este estilo de gestión funciona mejor para departamentos o equipos más pequeños donde todos tienen un estatus mayoritariamente igual.

En este caso, el gerente es más una figura decorativa y un portavoz del equipo que un “jefe” absoluto.

Manos fuera

Es fácil suponer que un gerente de no intervención no se preocupa por sus empleados o el trabajo.

Sin embargo, este estilo en realidad tiene que ver con capacitar a los empleados para que sean más autosuficientes y motivados.

Este estilo es esencialmente lo opuesto a la microgestión y funciona bien para puestos calificados que no requieren mucha supervisión.

El truco es verificar con su equipo lo suficiente para asegurarse de que estén en el objetivo, pero no tanto como para que se sientan abarrotados.

transformacional

El estilo de gestión final tiene como objetivo transformar a los trabajadores en las mejores versiones de sí mismos.

En este caso, su trabajo es reconocer el talento en bruto dentro de las personas y nutrirlo para que se convierta en algo mejor.

En este caso, su personal puede terminar moviéndose hacia cosas mejores y más grandes, pero eso no es necesariamente un mal movimiento.

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¿Cuáles son los Siete Principios de la Administración?

Hasta ahora, hemos discutido los rasgos, las reglas y los estilos de gestión.

Sin embargo, aún no hemos terminado con los componentes básicos de ser un buen (o excelente) líder.

Aquí hay un resumen de los siete principios básicos de esta posición, independientemente de su industria.

#1 Centrarse en la experiencia del cliente

Al final del día, los clientes y los clientes son los que pagan las facturas.

Los gerentes deben considerar sus decisiones y acciones desde la perspectiva del cliente y determinar qué moverá más la aguja.

Este principio está diseñado para ayudar a los gerentes a cambiar su enfoque del “trabajo” y hacia el significado detrás de él.

Sin embargo, también es crucial recordar que la experiencia del cliente no debe socavar o disminuir la experiencia del empleado en el proceso.

#2 Administrar Relaciones

Un gerente es esencialmente un maestro de las relaciones que puede navegar a través de situaciones interpersonales complejas cuando sea necesario.

Los gerentes saben cómo manejar a las personas tanto del lado del cliente como del empleado de la ecuación.

En general, si puede mejorar en el manejo y el fomento de las relaciones entre las personas, se convertirá en un gerente mucho más exitoso.

#3 Sea un líder fuerte

El liderazgo es un rasgo necesario de cualquier posición gerencial porque, de lo contrario, ¿cómo lograría que su equipo lo siguiera?

Sin embargo, existe una gran diferencia entre un líder y un “jefe”, y muchos gerentes a menudo los confunden.

Si bien debe mantener su autoridad, no debe hacerlo a expensas de sus empleados. El liderazgo se trata de ayudar a los trabajadores, no de ladrarles órdenes.

#4 Toma decisiones informadas

Los malos gerentes toman decisiones basadas en información incompleta o incorrecta.

En muchos casos, los malos gerentes deciden basándose en sentimientos, no en un razonamiento objetivo.

Un buen gerente considera sus decisiones desde todos los lados, si es posible, y tiene como objetivo hacer lo mejor para todos los involucrados.

#5 Involucrar y empoderar a las personas

Los trabajadores no comprometidos son improductivos, por lo que los gerentes deben trabajar con sus empleados para determinar la mejor manera de motivarlos para que den lo mejor de sí mismos.

El empoderamiento a menudo se deriva del refuerzo positivo, por lo que es mejor centrarse en las cosas buenas que hacen los empleados en lugar de sus errores.

#6 Haga de la mejora un proceso continuo

Si bien casi todos los procesos se pueden mejorar de alguna manera, existe un límite en cuanto a cuánto se puede optimizar algo.

Dicho esto, los buenos gerentes cuentan con sistemas para identificar áreas donde es necesario mejorar y ayudan a facilitar los cambios para que esto suceda.

#7 Refine sus operaciones

Las personas tienen tendencia a caer en patrones y rutinas, lo que puede conducir al estancamiento y la ineficiencia.

Como gerente, debe buscar cómo refinar y optimizar todas las etapas de sus operaciones siempre que sea posible.

Nuevamente, hay límites en cuanto a cuánto se puede mejorar algo, pero es crucial hacer que el refinamiento sea parte del proceso.

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